02 septiembre, 2010

Velas encendidas

Pero eso es imposible -contestó molesto-. Entiende que estás enfermo y todo eso que nos cuentas no es más que tu imaginación. Nunca fuiste a la guerra, no puedes hacerte invisible cuando cierras los ojos, ni puedes hablar alemán. Nuestra madre no ha muerto y no sabes qué triste se pone cuando insistes que es su fantasma. Ya basta. Es imposible enterrarte en el cielo. Sólo dime, por favor, qué otra cosa quieres de cumpleaños.