20 julio, 2010

Un vaso de leche

Suena el despertador. Me levanto y me dirijo al baño, casi sin pensar en los movimientos que hago para llegar ahí. Abro la llave y el agua empieza a hacer una pequeña cascada. Procuro agarrar la mayor cantidad de agua haciendo con mis manos un vaso que está perforado en cada espacio que hay entre los dedos. Estampo el agua contra mi cara. Mis ojos sienten cómo el frío se derrama. Antes de bañarme decido bajar a tomar un vaso de leche. Llego a la cocina y me doy cuenta que todos los vasos están sucios. No quiero lavar un vaso. Tomo la taza que mi madre guarda como el más preciado objeto desde que abuelita murió. Abro el refrigerador. No hay leche. Se escucha el rechinido de una puerta, quizá sea la de mis padres, o la del cuarto de mi hermana mayor. Volteo rápidamente y trato de poner la taza en su lugar. Me da miedo pensar el grito que daría mamá al ver que la agarré sin permiso. Un movimiento brusco hace que se desprenda de mi mano derecha. La taza cae, se rompe. Empiezo a llorar irremediablemente. Qué hiciste, pregunta mi hermana mayor que aparece con su sombra caminando delante de ella. No contesto, sigo llorando. Ella empieza a juntar cada pedazo de aquella taza. Se escucha otro ruido. Seguro que es mamá, digo con voz del que pronuncia sus últimas palabras de vida. Mi hermana mayor toma dos vasos sucios, uno en cada mano, y los deja caer al mismo tiempo, aunque en diferente lugar. Tras el sonido el grito de mamá: Qué están haciendo. No hablo, confiado en que mi hermana dará una explicación a la estupidez de su acto heroico. Quise lavar un vaso para tomar leche, pero se me calló. Entonces tomé otro y de los mismos nervios se me rompió el segundo vaso, dijo ella. Y tú por qué lloras, Estoy asustado, le digo mientras me limpio las lágrimas que no se alcanzaron a secar. Mamá junta el vidrio esparcido. Mi hermana le ayuda. Por qué se levantaron tan temprano, pregunta mamá. Para ir a la escuela, contesto. Mamá empieza a reír, y yo río sin saber el motivo de su alegría instantánea, sólo río para que se le olvide que estaba enojada. Mamá tira los vidrios en una bolsa mientras ríe. Sale de la cocina y se dirige a su cuarto. Sigue riendo.